jueves, 29 de enero de 2009

El Barco de Colegas

El otro día me llevé una gran sorpresa al encontrarme ésto:

(Fotografía de Javier Jodrá)

Los que estamos ahí, de izquierda a derecha somos: Sara Iglesias, Javier Couceiro, Manuel Cabezalí y Chema Mas. La banda se llamaba Soma y creo que ésa probablemente debió ser una de las últimas veces que actuamos en directo, en la fiesta del I.E.S. Cardenal Herrera Oria en el año 1999. Fundamos Soma cuando yo tenía 15 años, y por aquel entonces, ya era la tercera banda en la que me veía involucrado. Si ha pasado mucho tiempo o no, es cuestión de la perspectiva con la que se mire, 10 años no son mucho en comparación con ciertas cosas, pero en la vida de un tipo de 26 años, una década pesa bastante.

Desde entonces, ha pasado muchísima gente por mi vida, musicalmente hablando. Durante estos años me he cruzado con un montón de bandas y solistas que tenían un proyecto, y de un modo u otro peleaban por sacarlo adelante. Algunos aún a día de hoy siguen peleando por ello, y muchos de ellos llevan muchos más años que yo en esto; sin embargo, no deja de darme cierta nostalgia, cada vez que veo una foto de éstas, la cantidad de gente que en un momento u otro, se bajó del barco.

Durante estos últimos meses no han hecho más que llegarme noticias de gente que lo ha dejado. Leí un mail hace unos días de una lista de correo a la que llevo años apuntado, la del grupo madrileño Murmur, que decía que su cantante, Robert Williams, dejaba España y se volvía a su tierra natal, y que aquel sería su último concierto con ellos.

Murmur fueron compañeros de sello discográfico en la época en la que Havalina (entonces Havalina "Blu") militaba en las filas de Junk Records. Como nosotros, había muchos grupos más: Underwater Tea Party, Frida, Kodama, 6 PM, Inq, Melusa, y un largo etcétera, sólo por poner un ejemplo. Pues bien, de todos estos que acabo de nombrar, aproximadamente la mitad dejaron de tocar o me consta que poco a poco lo están dejando; todos ellos eran proyectos por los cuales sus miembros lucharon en su día, y seguro que, como yo desde hace ya muchos años, anhelaban poder dedicarse a ello, hacer de su música su forma de vida... Pero lo cierto es que el barco en que andamos subidos atraviesa una tempestad eterna, y es difícil mantenerse a bordo: en la cocina la comida no es muy buena, y es muy escasa si tenemos en cuenta la cantidad de tripulantes que viajamos; los camarotes son incómodos y muy pocos en proporción a todos los marineros del barco, y además, no paran de subir más y más personas a este mismo barco, que amenaza constantemente con hundirse y hundirnos a nosotros con él. El recuerdo de la tierra firme nos tienta una y otra vez, y no es de extrañar que haya tanta gente que, en un momento u otro, decida quedarse en tierra, o directamente tirarse por la borda.

En mi caso concreto, hace tiempo que decidí subir a este barco y no bajarme jamás. Es una decisión testaruda que me cuesta mucho trabajo mantener cada día, pero ahí sigo, después de 14 años desde que fundé mi primera banda, y supongo que no me va tan mal (ni tan bien...). Y hay gente que sigue ahí conmigo, tantos años después, como ese chaval con cara de buenazo al que apenas puedes ver en la foto porque entre la batería y yo le tapamos casi por completo, y al que después de 12 años desde que empezamos a tocar juntos, quiero y aprecio cada día más.

Pelear por lo que amo es lo más bonito que me ha sucedido jamás, hace tiempo que me di cuenta de eso. Es lo que nos hace mejores personas día a día, a todos y cada uno de nosotros. Muchas de esas personas con las que ahora me encuentro, ya tienen un estilo de vida distinto: decidieron bajarse del barco, bien porque realmente no había manera posible de mantenerse en él, bien por la comodidad de la tierra firme, o bien por no tener las suficientes agallas como para permanecer. Y sin embargo, un alto porcentaje de ellos, cuando nos encontramos en un bar después de años sin vernos, y les cuento a qué me dedico, me dicen que les doy envidia. A lo que suelo contestar que, para empezar, tampoco me va tan bien, que aún tengo que seguir luchando todos los días para mantenerme ahí y hacer progresos, pero que si tengo algo ahora, nadie me lo ha regalado: ha sido todo trabajo, y fe en mí mismo y en mis posibilidades. Y que, a fin de cuentas, de haber querido, ellos quizá aún estarían subidos en el Barco de Colegas.


domingo, 18 de enero de 2009

"Spanish Omelette, please"

Según he oído, el Eurosonic es un festival donde se dan cita bandas de toda Europa para tocar delante de un público mayoritariamente compuesto de promotores, managers, gente de medios, compañías discográficas y en general, gente de la industria. Al parecer, sólo un 10-15% de las entradas son vendidas al público normal. Es, en otras palabras, algo así como una feria de muestras de la música, un lugar donde las personas que supuestamente manejan esto, se dan cita para contemplar sus próximas presas, presumir de qué consiguieron hacer durante el año pasado, cuántos "sold out" hicieron las bandas de su catálogo durante sus giras, etc.

A este festival hemos venido a parar Russian Red, y ayer, ojeando el cartel, nos dimos cuenta de que éramos la única banda española del mismo. Nos hizo gracia el hecho de ser la única y sin embargo cantar en inglés. Es algo que me pareció extraño en un principio, pero luego fui comprendiendo poco a poco, porque, según lo que vi, no había ni una sola banda que no cantase en inglés. Y la gran mayoría pertenecía a países donde el idioma oficial no es en inglés, empezando por las bandas del país anfitrión, Holanda.

Son éstos y otros muchos detalles los que hacen que me alegre tantísimo de, en su día, haber tomado la decisión de dejar de escribir canciones en inglés, y hacerlo en la que es mi lengua natal, el castellano. Por supuesto que el inglés es un idioma bonito, y a mí personalmente me encanta practicarlo; tampoco voy a entrar en si es más fácil o más difícil, más meritorio o menos, componer en inglés o en castellano. Lo que sí sé es que cada vez que escucho la radio, o navego un poco por myspace, y escucho a tantos y tantos grupos no ingleses cantar en inglés, me alegro enormemente de haber tomado aquella decisión, porque hace que yo me crea a mí mismo, que mis letras sean un reflejo de mi persona, y no de alguien que intenta retratarse pero no consigue retratar a otro que no sea sí mismo intentando retratarse sin conseguirlo. Y ayer, mientras veía a bandas belgas, danesas, suecas, etc. todos con sus letras en inglés, me preguntaba hasta qué punto a ellos les pasaba lo mismo que a mí hace unos años, o si ellos conseguían verse a sí mismos reflejados en sus composiciones. Es cierto que ellos tienen el idioma inglés mucho más presente en su día a día (según he oído, aquí en Holanda muchos de los textos que se usan en carreras universitarias están escritos en inglés, por poner un ejemplo) pero igualmente, hay algo en ese idioma que usaste con tus padres cuando eras pequeño, o mientras jugabas con los niños de tu vecindario que no se puede reemplazar y que es inseparable de uno mismo, por muy frecuente que sea el uso que se le de a otras lenguas.

Y espero que esto conteste para siempre a la pregunta eterna de porqué Havalina dejó de cantar en inglés :)

miércoles, 7 de enero de 2009

Año viejo, Año nuevo.

Uno no puede evitar terminar un año y sentarse a pensar en un resumen de las cosas más sustanciales del mismo, de todo lo que ha acontecido, y de cuáles fueron las cosas importantes que a uno le hicieron aprender. En mi caso concreto, si pienso en el 2008 pienso, en gran medida, en Havalina, porque es Havalina lo que ocupa mi mente día y noche, semana tras semana.

Este año 2008 ha sido sin duda el año en que más hemos trabajado por sacar el grupo a flote. En enero salió de la fábrica “Junio”, y fue presentado allí donde nos querían... y admito que en este aspecto el 2008 ha sido un año muy duro, porque si bien es cierto que hemos encontrado el apoyo muy cálido de alguna gente hacia nuestro disco, en otros lugares se nos dio la espalda, de un modo u otro. Hubo momentos muy duros, como cierto bolo en Pontevedra donde no vino nadie y se suspendió, después de haber viajado hasta allí, haber probado sonido, etc. En general, sostener un proyecto y hacerlo crecer es algo que requiere mucha paciencia, mucho trabajo, y sobre todo saber mantener el norte y la cabeza bien alta a pesar de las dificultades. Y si algo hemos aprendido en este 2008 es a mantener el ánimo arriba a pesar de las adversidad.

Supongo que nosotros, ingenuamente, esperábamos más; sabíamos que teníamos un single bueno y bonito, nuestro primer disco en castellano después de 6 años de trayectoria y otros 3 discos en inglés; y tuvimos un comienzo muy optimista... pero muy pronto pasaron cosas que nos hicieron cambiar de parecer, y es cierto que en algún momento el optimismo decayó, y entonces buscamos el subterfugio de hacer música para nosotros mismos, sin preocuparnos de singles, compañías, promotores, prensa musical, etc; para nosotros, y para quien quisiera escucharnos, porque no por haber sido en cierto modo rechazados íbamos a dejar de trabajar. Y así fue como, entre marzo y agosto de este mismo año, la inspiración llegó, y nos pilló trabajando.

Hoy estoy volviendo de mis vacaciones; he tenido unos días para desconectar, descansar, y ahora que vuelvo y empiezo de nuevo con todo, veo las cosas con una perspectiva más amplia. Lo primero que he hecho ha sido escuchar el que será nuestro siguiente álbum, “Imperfección”, que en definitiva es el resultado de todas esos acontecimientos del año pasado. “Imperfección” ha sido producido por nosotros mismos; salvo las baterías, que han sido grabadas en el mismo lugar donde grabamos y mezclamos “Junio”, ha sido grabado bien en el local de ensayo o en mi casa. Yo mismo me he encargado de mezclarlo, y también de masterizarlo. Cada canción en él ha salido de mi dormitorio o de la habitación de un hotel, ha pasado por el local de ensayo donde se le daba forma entre los tres, ha vuelto a mi dormitorio para ser producido, y ahora está lista para ser expuesta al mundo.

Este 2008 me ha hecho ver, ante todo, que como artista lo más importante es saber cuál es tu camino, y seguir los dictados de tu corazón y tu cabeza, y no los de nadie más. Imperfección es un disco que muestra todo eso, porque no hay una sola concesión a ser un disco fácil y/o para todos los públicos. Eso sí, está todo ahí: nuestra pasión a la hora de hacer las cosas, el sonido que queríamos, los meses encerrados en el local arreglando los temas sin preocuparnos de qué opinarían los demás, y sobre todo el fruto del trabajo continuo e incondicional. No sabemos a cuánta gente llegará, ni si aparecerá en las “listas de lo mejor del 2009”, pero sí que hemos hecho lo que debíamos, que nos hemos crecido ante la dificultad y hemos conseguido gestar un disco que plasme todo aquello por lo que hemos pasado, que no ha sido poco.

Feliz año nuevo a todos, y ojalá se cumplan -al menos- algunos de vuestros deseos. Nosotros ya estamos trabajando para que los nuestros lo hagan.