martes, 30 de marzo de 2010

Indie cañí en los 90

Hace unos días Nahúm se marcó un tanto con una lista en Spotify con música de los ´90. Y como resulta que uno, que ya es talludito, vivió con cierta intensidad aquello que se dio en llamar el "indie" o la "música alternativa" española en esa década, y esto de las listas es algo contagioso, pues aquí estamos, en plan abuelo Cebolleta, que a mí me va bastante.

Mi hermano mayor se casó en Octubre del ´94, y a modo de despedida, se vino conmigo, algún que otro primo y unos cuantos amigos a un festival, el Serie B, que empezaba a organizarse por aquel entonces en Pradejón, pequeño pueblo cercano a Calahorra, en La Rioja, que es donde yo me crié (angelito...). Allí había una sala, La Imagen, regentada por unos cuantos locos que organizaban conciertos con los grupos más selectos del underground nacional, e internacional. No se cómo demonios lo hacían, pero siempre parecían ir un paso por delante. Los que pasaban por allí, a menudo se convertían en grupos mucho más conocidos, o en grupos de culto míticos. En el 93 el festival se organizó en varios fines de semana, y el cartel se compuso por Lagartija Nick, Penelope Trip, Las Vívoras, Parkinson DC, Vancouvers y Nuevo Catecismo Católico. Todos grupos que después adquirieron gran reconocimiento, pero que entonces no los conocía ni el tato. Y en La Rioja ni te cuento.

El caso es que al año siguiente (el de la boda de mi hermano), van los de La Imagen y organizan el festival en un solo fin de semana en Octubre, con el siguiente cartel: Yo La Tengo, Young Fresh Fellows, Corcobado, El Inquilino Comunista, Manta Ray, Los Buges, Lord Sickness, Sunflowers, El Niño Gusano, Eliminator Jr., My Criminal Psycholovers, El Regalo De Silvia, Los Hermanos Dalton, Penelope Trip, Vancouvers, Patrullero Mancuso, Yogur, Psilicon Flesh, Dum Dum Boys, La Buena Vida, y alguno más que se me queda por ahí. Yo me había pasado un año de universitario en Madrid apatrullando las salas de conciertos como loco, y empezaba a devorar con efervescencia de adolescente la música que por entonces rompía con el coñazo del pop de los 80 y de la movida. Cuando vi ese cartel no daba crédito. ¿Yo La Tengo tocando a 10 km de mi pueblo, en una sala con menos de 500 personas? Pues sí, y se marcaron un concierto inolvidable, largo, con una primera mitad tranquila y oscura, hipnótica, de la que nos sacaron de pronto con un arranque de rabia y de ruido que nos mandó a todos a casita con la boca abierta.

Por esa sala y ese festival pasaron grandes nombres internacionales como Luna, Grant Hart, Fugazi, Arthur Lee And Love, The Posies (qué borracheras con ellos, madre mía...), The Godfathers, The Lyres, Mark Eitzel, Guided By Voices, DM3, The Headcoats, Gallon Drunk, Walkabouts, Stereolab, Kim Salmon, Pere Ubu, Giant Sand, Mark Lanegan... Podría seguir y seguir, y la lista de grupos nacionales no cabe aquí, pero el caso es que esa sala es responsable en gran parte de que yo me dedique a esto de la música, y concretamente al tipo de música que hace Havalina, y no a tocar el bandoneón en una orquestina. Y éste es un lugar tan bueno como cualquier otro para reconocerle su mérito a La Imagen, al festival Serie B, y al equipo que lo mantuvo en pie todos esos años maravillosos. Fue un bastión de ese "indie" español, que tuvo grandes grupos, la mayoría desaparecidos, y mucha morralla también, que todo hay que decirlo.

Haciendo memoria, y después de tantos años, no creo que se pueda decir que existiera una escena definida, ni en Gijón, ni en Zaragoza, ni en Granada, sino que surgieron algunas bandas significativas alrededor de las cuales es normal que aparezcan varios satélites. La música comenzó a surgir con cierto carácter reaccionario frente a las bandas y a la industria consolidada desde los 80, y es curioso que aparecieran tantas bandas fuera de Madrid, cosa que hasta entonces no era habitual, y aunque los nuevos grupos se fijaban en ciertas bandas clave de la escena "underground" internacional (Sonic Youth, Pixies, Pavement, Velvet Underground, Hüsker Dü...), había grandes dosis de experimentación y personalidad. El 92 nos trajo dos discos que a muchos nos cambiaron el rumbo: "Slanted And Enchanted" de Pavement y "Dirty" de Sonic Youth (así lo reconocía Juan Ugarriza en Kool´zine, fanzine de la época), y grupos como Nirvana y Pearl Jam ya habían cambiado el concepto que se tenía entonces de la música comercial. Por aquí tuvimos nuestra particular bisagra entre los 80 y lo que vendría después en los 90 mediante la figura de los Surfin´Bichos. Sin embargo, los nombres mas reconocidos del indie español muy pronto adquirieron un carácter propio, y en ningún caso hubo un estilo homogéneo. Los Planetas, Manta Ray, Australian Blonde, El Inquilino Comunista o Sexy Sadie no tienen mucho que ver entre sí estilísticamente hablando. Y de la laaaaarga lista de grupos de Gijón podemos sacar otra lista tan larga de diferentes estilos. Comparen a Kactus Jack con Penelope Trip y ya me contarán.

Para los que no tuvieron la suerte de disfrutar de todo ese montón de música y de tantas ideas tan divertidas (al menos yo me divertí mucho), aquí os dejo mi lista personal del indie cañí de los 90. No son las canciones que más me gustan de esa década, ni pretendo calificarlas como mejores que otras (cosa absurda, se mire como se mire), ni son las más significativas (tendría que poner el "Chup Chup" y "Mi Hermana Pequeña", y no me da la gana). Además, faltan una barbaridad de nombres que tendrían que aparecer en cualquier lista convencional. Simplemente son momentos especiales, recuerdos, sudor de conciertos, enamoramientos juveniles, borracheras, esas cosas que se quedan pegadas a las canciones. Y para los que lo vivieron como yo, espero que estas canciones les arranquen una sonrisa, al menos. No vais a encontrar muchas en Spotify, pero eso las hace más valiosas, ¿no?


- Australian Blonde. “Cosmic”, de “Aftershave”. 1994.
- Cancer Moon. “Girl”, de “Flock, Colibri, Oil”. 199.
- Chucho. “El ángel inseminador”, de “78”. 1997.
- Corcobado. “Catorce”, de “Arco Iris de Lágrimas”. 1995.
- Doctor Divago. “Piloto sin red”, de “Danzas de moda”. 1995.
- El Hombre Burbuja. “Braile”, de “El Hombre Burbuja”. 1999.
- El Inquilino Comunista. “The fall”, de “El Inquilino Comunista. 1993.
- El Niño Gusano. “El Rey ha muerto”, de “El efecto Lupa”. 1996.
- Elephant Band. “I´ve been wasting my time”, de “For Cold Days”. 1998.
- Eliminator Jr. “17% Tony”, de “Chándal”. 1994.
- Insanity Wave. “Good Policy”, de “Go-Off”. 1994.
- Lagartija Nick. “La Curva de las Cosas”, de “SU”. 1995.
- Lord Sickness. “X-Cuse/Ba ba, you!”, de “Neumotorax”. 1995.
- Los Planetas. “La Caja del Diablo”, de “Super 8”. 1994.
- Manta Ray. “O.F. King”, de “Pequeñas Puertas que se abren y pequeñas puertas que se cierran”. 1998.
- Mercromina. “Sacacorchos”, de “Hulahop”. 1996.
- Penelope Trip. “Infanticida”, de “¿Quién puede matar a un niño?”. 1996.
- Sexy Sadie. “My Bike”, de “It´s Beautiful, it´s love”. 1998.
- Surfin´ Bichos. “Qué clase de animal”, de “Fotógrafo del cielo”. 1991.
- The Pribata Idaho. “Bird on a Tree”, de “Sueroine”. 1994.
- Yellowfinn. “Abdominicer”, de “Descubrimientos asombrosos”. 1995.

lunes, 22 de marzo de 2010

Havalina por Carmen Hierro

El día 5 de marzo tuvimos la suerte de tocar en Caracol ante una sala abarrotada de público. Sabíamos que iba a ser una fecha especial para nosotros, y por ello intentamos no sólo ofrecer un concierto digno de ese público, sino hacer que la experiencia también fuera interesante a nivel visual. Para ello nos rodeamos de un equipo excelente de profesionales, a los que desde aquí queremos agradecer una vez más su esfuerzo. No es éste el lugar para mostrar la lista completa de sus nombres, pero esperamos que pronto podáis conocerla en los créditos de la grabación que hicimos de ese evento. Porque el trabajo visual no queda solamente en las proyecciones que se puedieron ver en la sala, sino que lo capturamos todo con 8 cámaras (sí, había 8, algunas muy bien escondidas :D) y estamos en el proceso de montaje de todo ese material para que el que no pudo asistir lo disfrute, y el que asistió lo recuerde de la mejor manera posible.

Hasta entonces, lo que sí podemos ofreceros es algunas fotografías de Carmen Hierro, que además de ilustrar libros de cuentos imposibles en sus ratos libres, es una excelente fotógrafa que en Caracol nos hizo el inmenso honor de mostrar su particular punto de vista de lo que es Havalina en un escenario. Sus imágenes transmiten la tensión y la intensidad que nosotros sentimos tocando ante vosotros.







Esperamos que os gusten tanto como a nosotros. Ésta es solo una pequeña muestra del millar de fotos que nos pudo hacer ese día, en breve podréis disfrutar de muchas más en nuestro myspace. Si os interesa el trabajo de Carmen, por aquí podéis encontrar algunas de las cosas que hace:

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/136-amor-y-lujo

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/137-gramatica-interior

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/138-engranaje

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/139-las-casas-del-tiempo

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/140-el-paseito

http://ob-art.com/artists/carmen-hierro/entries/141-venus

http://www.nexo5.com/n/len/0/ent/556/estampa-2007-mas-alla-de-la-estampa

http://www.espacio-abierto.com/Artistsfile/Carmen/CarmenHierro-site.htm

http://exposicionesenzaragoza.blogspot.com/2008/02/exposicin-de-carmen-hierro-en-la-galera.html

Miedo a lo desconocido.

Sentir aversión por lo que uno no entiende es una de esas reacciones inmediatas típicas del ser humano. Uno puede caer muy fácil en ello, y realmente, hay que entrenar para no hacerlo, porque hay pocas cosas más cobardes e injustas que éso.

De vez en cuando me intereso por leer lo que se escribe sobre la música en diferentes medios, ya sean blogs, webs musicales, prensa escrita, o incluso comentarios que uno puede leer aquí y allá, y constantemente detecto ese miedo a lo desconocido.

Me impacta mucho leer comentarios tan destructivos como los que de vez en cuando leo. Por poner un ejemplo, en mi época como guitarrista de Russian Red, quedé bastante horrorizado sobre ciertos comentarios referentes a su música, y lo que es aún peor, a su persona. También he leído críticas musicales sobre discos que me han hecho lo que soy ahora, impregnadas de un completo desconocimiento de lo que se está hablando.

En general sucede que las cosas que logran mayor éxito entre el público, también suelen lograr mayor aversión. La envidia, desde luego, es una de las primeras causas y aún así, añadiría que se debe también al hecho de querer destruir lo que uno no entiende, a modo de autodefensa. Es en cierto modo parecido a lo que sucede con las personas que tienen aversión a los extranjeros y a los homosexuales, por poner un ejemplo.

Es muy razonable, y muy lícito, que algo no te guste, que no sintonice con tu sensibilidad, y uno es libre de expresarse como quiera y cuando quiera (y yo lo estoy haciendo ahora mismo), pero cuando uno lo hace de ese modo, tirándolo abajo de un plumazo, rozando el insulto (o tocándolo), usando expresiones como "odio a tal grupo", o "detesto a tal artista", denota una carencia significativa en la persona en cuestión. Y también una falta de respeto hacia mucha gente.

Hace tiempo que he aprendido que los prejuicios son una de las cosas más nocivas en el ser humano, y también una de las mayores causantes de nuestra infelicidad, y por lo que a mí respecta, cuanto más lejos mejor. El radicalismo y pensar que lo de uno es lo mejor (ejemplo de ello serían los fans de una banda que inmediatamente consideran inferiores a todas las demás bandas) es igualmente propio de personas necias.

Afianzarse en el odio es barato y estúpido; criticar destructivamente algo que uno no entiende o no comparte, es igualmente estúpido, porque en el mundo existen tantos tipos de personas como número de las mismas, y ha de haber música para todas ellas, y ésta ha de ser respetada. A día de hoy me asiento tranquilamente en mi sitio, y recibo con positividad todas las cosas de la vida; uno no es más feliz por tener más, sino por apreciar lo que tiene, y la primera manera de lograrlo es manteniendo una actitud positiva ante las cosas nuevas y viejas. Y si no, que se lo pregunten a mis gatos, ¡ésos sí que son listos!.

domingo, 7 de marzo de 2010

Evol


Tenía 12 años la primera vez que escuché algo de Sonic Youth. Fue en 1994, gracias a una cinta de cassette grabada por una compañera de clase de mi hermana, que seguramente había estado pegada a la radio con un dedo en el botón de PLAY y otro en el de REC, esperando a que sonase algo interesante y digno de ser registrado para ser oído más adelante.

Recuerdo que la canción en cuestión era Bull in the Heather, de su por aquel entonces último disco titulado Experimental Jet Set, Trash, and No Star. No fueron necesarios más de cinco segundos para que el adolescente que era yo quedase absolutamente prendado de la sonoridad de todo aquello. No entendía una palabra de inglés, pero me daba igual; me resultaba sensual, oscuro, atrevido y diferente a todo lo que había oído hasta entonces.

Mi hermano mayor, al que le debo muchas de las cosas que ahora sé, se percató rápidamente del asunto, y para mi 13º cumpleaños me regaló "Dirty". Desde entonces podría decir que Sonic Youth es, en cierto modo, mi banda favorita, o al menos aquella a la que siempre he vuelto una y otra vez, y de la que nunca me he cansado, ni me cansaré.

A mis 18 años, llegaría el otro gran descubrimiento de este grupo, que es el disco que da título a esta entrada de nuestro blog, Evol. Es un disco oscuro, pero a la vez lleno de luz. Cada vez que lo escucho, hay múltiples sensaciones dentro mí. Es un ejemplo vivo y claro de porqué la música no debe ser siempre inmediata y sencilla; lo maravilloso de la música de Sonic Youth es que admite todo tipo de interpretaciones desde un punto de vista emocional. Es difícil de explicar, pero hay algo en este disco que llega mucho más adentro de mí que la mayoría de la música que suelo escuchar. No son sólo las letras, las melodías, o los ritmos, es sobre todo la sonoridad.

Ay, la sonoridad... Podría escribir parrafadas inmensas sobre el enorme poder que tiene la sonoridad de la música sobre el oyente.

Casi toda la música pop y rock actual se centra especialmente en las melodías, las letras y los ritmos, y dejan que los mismos clichés y fórmulas de siempre se hagan cargo de "cumplir" en el apartado de la sonoridad. No siento que haya mucha experimentación ni investigación al respecto, ni una búsqueda de una sonoridad especial y distintiva. Es como si dejasen de lado la parte subconsciente y se preocupasen sólo de enfatizar lo que es fácil de hacer llegar a los demás, lo que cualquiera, en cualquier momento de su vida, podría entender. Tremendo error, en mi opinión.

La buena música requiere tiempo, atención y cariño por parte del oyente. No siempre los mensajes son fáciles de hacer llegar, ni siempre el mensaje es el mismo. Dejar algunas cosas abiertas a una posible interpretación implica un compromiso infinitamente mayor entre la música y su oyente. Los lazos de este compromiso son mucho más duraderos, y sus raíces hondas.

La música "masticada" suele entrar más fácilmente en una primera escucha, y generalmente cumple una función clara. Su mensaje es conciso; ejemplos de ello serían:

- "ésta es una canción triste"
- "ésta es una canción desenfadada"
- "ésta es una canción para gente enamorada"
- "ésta es una canción para bailar en los bares"

Entiendo la funcionalidad de todo esto, aunque por mi parte suelo sentir algo así como si me dijeran "eres tonto y por eso te lo ponemos tan fácil" cada vez que cosas así me llegan a mis oídos.

Sonic Youth nunca fue un grupo fácil, requiere un alto compromiso por parte del oyente, e incluso con todo ello, no conectará con todo el mundo (a pesar de que llenen festivales, creo que ello se debe en su mayoría a su condición de grupo de culto; siempre he tenido la impresión de que buena parte de la gente que se acerca a verles no conoce a fondo ni uno solo de sus discos). Conmigo conectaron, desde el primer minuto, y siempre me he sentido algo así como afortunado de poder disfrutar de un grupo con una carrera tan extensa, y que a día de hoy siguen en activo, y haciendo verdaderos discazos. ¿El secreto de seguir haciendo buenos discos tras 30 de años carrera? Probablemente, hacer única y exclusivamente lo que les apetece.