domingo, 1 de agosto de 2010

Canciones para un desierto.

Mañana lunes 2 de agosto entramos a grabar el que será el sexto disco en la carrera de la banda, y el tercero desde que cambiásemos a ser sólo Havalina y a hacer letras en castellano. Son ya bastantes años en este proyecto, y bastantes personas diferentes las que han pasado y han dejado lo mejor de sí mismas en él.

Toda esta semana pasada hemos estado recluidos en una casa de campo en Rivela, una pequeña aldea de unas pocas casas en la provincia de Pontevedra. Allí, además de disfrutar de tanta naturaleza, tranquilidad y buen clima, hemos podido volcarnos al cien por cien en ultimar los detalles creativos del que será nuestro siguiente trabajo discográfico. Por mi parte, ahora que ya hemos podido juntar todo el material, grabarlo mínimamente en unas demos en directo y atar muchos cabos que aún quedaban sueltos sobre las canciones, estoy empezando a vislumbrar la magnitud de todo el nuevo proyecto. Y estoy realmente contento, muy feliz de estar a punto de entrar a grabar el que creo que es el muy digno sucesor de Imperfección. Y posiblemente, el disco de Havalina más completo hasta la fecha; aunque éso el tiempo lo dirá.

Hay muchas cosas en el apartado de lo personal con las que me siento enteramente identificado en este nuestro nuevo disco. En palabras de Ignacio, en estas canciones hay mucha nostalgia, decadencia, desencanto, bastante violencia (no física, sino emocional) y poca o muy poca lujuria; pero todo ello con un foco de vitalidad y energía encima. En cierto modo, percibo que estamos creando un disco bastante trascendente, que busca tocar la fibra más honda posible, evitando todo signo de frivolidad. Creo que todos estos años de seguir en el mismo camino nos han hecho a ser nosotros mismos sin preocuparnos de nada de lo que sucede fuera, y a sentirnos muy orgullosos de ello y libres de crear en el modo que mejor nos convenga. Y creo que sigue una línea ascendente respecto a nuestros anteriores trabajos, y seguimos limando los detalles que consideramos necesarios para alcanzar nuestra meta, que no es la perfección, sino dejar constancia de cómo sentimos la música y de lo que somos como banda.

La mayor novedad frente a Imperfección es la suma importancia de la inclusión de Ignacio Celma en nuestra formación; o al menos así es como yo lo percibo. No sólo por las líneas de bajos y su sonido, que ahora han hecho que el bajo gane mayor importancia dentro de los temas, sino sobre todo, por el aspecto emocional y la química que se genera en el seno de la banda desde que él entró. Además de ello, Ignacio también se ha mojado en la creación y mejora de algunas letras. Y como novedad, habrá también temas con letras escritas por mi hermano José Juan. El nuevo disco de Havalina es ahora más que nunca, un trabajo de equipo, y eso me hace tremendamente feliz, porque veo que cada uno está aportando lo mejor de sí mismo para que el resultado sea enorme.

El sonido del disco es algo así como la evolución lógica tras Junio e Imperfección. Sigue siendo igualmente contundente y rabioso, pero ahora es aún más oscuro en algunas partes. Hay mucho riff contundente, mucho rock, igual que en Imperfección; mucha "manteca", si se me entiende. Y también muchos momentos de calma e introspección. Y también muchas cosas que hemos querido tomar prestadas de los sonidos más oscuros de nuestros grupos favoritos de la década de los 80. Muchos pasajes instrumentales: la duración media de los temas es sensiblemente mayor, y es que si hay algo que ya tenemos muy claro, es que no vamos a hacer música para escucharla con prisa y/o inmediatez. Cada cosa a su debido tiempo.

Algunos títulos de canciones que ya son definitivos, así para abrir boca :)

Desierto
Mordiente
Las Hojas Secas
La Pared
Objetos personales

El título tentativo para el disco, me lo guardo para más adelante. Me voy a limpiar un poco la casa, poner un par de lavadoras y prepararme para el día de mañana, que será sin duda uno de los más importantes de mi vida.

Manuel.