martes, 30 de noviembre de 2010

Havalina y Bandalismo: Desierto

He aquí la segunda entrega de nuestra sesión con Bandalismo de hace un par de semanas. En esta ocasión le toca el turno a "Desierto", que también es el tema que abre nuestro nuevo disco. ¡Que lo disfruten!



jueves, 18 de noviembre de 2010

Havalina y Bandalismo, de nuevo trabajando juntos.

Hace unas semanas nos llegó una propuesta de los chicos de Bandalismo para volver a hacer algo más o menos similar a lo que habíamos hecho con Imperfección, es decir, grabar unos cuantos temas en directo, en multipista y en vídeo, y sacarlos en su web como adelanto promocional de nuestro nuevo álbum.

La idea nos pareció maravillosa. Bandalismo es una de esas iniciativas de las que uno se siente muy orgulloso de formar parte. Es gente muy seria, muy determinada y con un propósito muy claro: hacer vídeos de la mayor calidad posible, apoyar la música, y dedicarse a esto en serio. Trabajan constantemente. He ido y he estado tocando en un montón de bolos en este año y el año pasado y en muchos de ellos allí estaban los chicos de Bandalismo cubriendo el evento.

En esta ocasión, en lugar de hacerlo en el típico estudio de grabación, decidimos buscar una localización algo más llamativa, y acabamos grabando en un loft cerca de La Latina, propiedad de un amigo de la página (¡muchas gracias!) Tuvimos que lidiar con algún problema de ruido con el vecindario, pero al final logramos sacar un ratito de ruido, y grabar tres temas.

Ayer lo tocamos, ayer se grabó. Juan (Bandalismo) y yo nos hemos encargado, respectivamente, del montaje de vídeo y la mezcla del audio. Y ya está colgado un tema en su web para que lo podais ver.

El tema en cuestión se llama Mamut, y es el corte nº9 de nuestro nuevo disco. Pusimos el título a esta canción haciéndonos eco de aquello que nos sugería su sonoridad y su ritmo: las pisadas de un enorme paquidermo. La letra habla sobre el rechazo físico -insoportable- hacia alguien que un día te produjo exactamente la sensación contraria.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Machina / The Machines of God

El otro día estuve largo rato charlando con una amiga sobre The Smashing Pumpkins, sobre cómo habían influido en nuestras respectivas adolescencias con su música (ambos somos nacidos en el año 1982, por lo que el boom de esta banda hacia 1996 nos llegó a una edad muy crítica) Y durante este fin de semana de horas y horas de furgoneta, me ha dado por escuchar este disco de manera compulsiva.


Por lo que he podido contrastar con otra gente de mi generación, Machina / The Machines of God no es precisamente el disco más querido de The Smashing Pumpkins. Supongo que alcanzaron una cota muy alta con Siamese Dreams y Mellon Collie and the Infinite Sadness y más tarde provocaron discrepancias con su siguiente disco Adore (he de decir que a mí me encantó) y a la hora de publicar éste su último disco antes de su separación, ya habían perdido algo de crédito entre sus fans. Y sin embargo, yo siempre he pensado que éste es un pensamiento no muy reflexionado por la mayoría. Hasta diría que en algunos aspectos es mi disco favorito de ellos.

Hacía años que lo escuchaba con atención, y ahora que lo hago me doy cuenta de lo mucho que ha influido en mí, y curiosamente, en la última etapa de Havalina y en concreto en este último disco que estamos a punto de publicar. Especialmente en lo que se refiere a producción, este disco es una joya. Aquí también hay afinaciones imposibles, guitarras totalmente distorsionadas grabadas directamente por línea (o al menos así me suenan a mí) y mucha, mucha oscuridad. No es un disco amable. Es áspero. No sé si era la intención de Billy Corgan, pero lo cierto es que nunca me gustó tanto su lado dulce como su faceta más áspera. Aunque esto, como tantas otras cosas, es sólo mera cuestión de gustos.

Escucho ahora mismo Heavy Metal Machine. Escuché hace un rato las guitarras de The Everlasting Gaze y no pude evitar pensar que esas guitarras bien podrían estar en nuestro disco. Hay infinidad de temas que disfruto de este disco: The Crying Tree of Mercury, Glass and the Ghost Children… pero creo que definitivamente me quedo con Blue Skies Bring Tears como canción favorita. Recuerdo que la primera vez que escuché este disco (me lo regaló la que era mi novia con 18 añitos) me asusté –literalmente- con las voces del final, especialmente con la última frase. Pensé: “¿no están demasiado distorsionadas esa voz y esa guitarra?” Con los años he aprendido que la palabra “demasiado” no tiene sentido en la música cuando uno está creando.

Todo se debe hacer en la medida en la que uno lo siente; claro que para alguna gente podrá resultar demasiado o demasiado poco, pero eso no debe importante en la medida en la que a ti te siga poniendo los pelos de punta. Y si es así, probablemente habrá otros que, como a ti, les sobrecogerá aquello que oyen. Y nunca lloverá a gusto de todos, y cuanto más lo persigas, más lejos estarás de tu objetivo: emocionar. Personalmente, ésta es la única premisa a la que me agarro a la hora de hacer música.

martes, 2 de noviembre de 2010

Addiciones Magazine

Hace unas semanas los chicos de Addiciones Magazine nos propusieron ser protagonistas de su sección de música, pero de un modo peculiar: irnos a tocar unos temas a una peluquería de chinos en la calle Leganitos, y aprovechar para hacer también una sesión de fotos. El resultado lo podéis ver en su página web, que os animamos a todos a visitar, ha quedado realmente molón.

Os dejamos por aquí un par de videos de la sesión, en la que interpretamos una canción de nuestro nuevo disco, titulada Objetos Personales.